Quiste de Mama

El quiste simple consiste en la dilatación de los conductos galactóforos secundarios y terciarios ocupados por líquido de color variable cuyo estudio citológico pone en evidencia si se trata de un quiste simple (líquido inflamatorio o aséptico), de un absceso (líquido purulento) o de un hematoma (hemorrágico).

 

Tratamiento

Su presentación puede ser única o múltiple, uni o bilateral y de tamaños variables. Clínicamente se caracterizan por ser nódulos que la paciente descubre cuando superan el cm. y desaparecen tras la punción evacuadora aunque un 30% recidivan. Se palpan como nódulos redondeados u ovales, de consistencia blanda y móviles que al presionarlos se nota tensión y fluctuación.

La ecografía es quien más información aporta a partir de los 3 mm y permite dirigir la punción, la imagen es de contorno oval o circular muy bien limitado y anecoico, los márgenes son muy ecorrefringentes con refuerzo posterior y sombras laterales en ambos lados por la incidencia tangencial del haz ultrasónico.

La punción aspiración es obligada para el estudio citológico del líquido y para la insuflación de aire en una cantidad equivalente al 70% del líquido extraído, ello permite la realización de una neumorradiografía inmediata o antes de 2-3 semanas y además sirve como tratamiento que consigue la curación en un 90% de los quistes.

La mamografía de un quiste simple presenta un patrón nodular con tumoración única o múltiple, bien circunscrita, redondeada u ovalada, homogénea y con contornos bien definidos. Puede tener densidad alta o baja y estar definido por un halo radiolucente periférico que engloba en parte o totalmente la lesión. En general el eje mayor suele estar orientado hacia el pezón.

El tratamiento es mediante la insuflación de aire, no estando indicada la exéresis en un quiste único no cavitado, ya que la simple medida terapéutica de punción con insuflación consigue la curación en la mayoría de los casos. Si se encuentra cavitado la extirpación quirúrgica se impone.